lunes, 10 de septiembre de 2007

ALGO ESTRECHO NOS SEPARA




Ceuta, ciudad que me vio nacer y que me aguantó diecisiete años.

Ciudad africana y española. Ciudad de culturas. Ciudad de grandes retratos, bellos paisajes y sutil hipocresía. Una de las dos únicas autónomas con eterna aspiración a transformarse en Comunidad, celosa siempre de sus diecisiete hermanas mayores.

Esta pequeña urbe, con sus cerca de setenta mil habitantes, es una de las grandes desconocidas para los peninsulares e insulares, siendo su situación tan solo comprendida por nuestros "vecinos" melillenses, de los cuales nos separan quinientos kilómetros. A veces vista con ojos inocentes y que asocian la África más profunda a sus calles, imaginando arena y camellos vagando por antiguos bazares. Otras simplemente ciegas de su realidad.

Siempre entre el levante y el poniente, su imagen no consigue traspasar esos veinte mil metros que nos separan de Algeciras.

Aquí la derecha rancia del Partido Popular gobierna a sus anchas con diecinueve escaños de veinticinco, convertido en adalid de la defensa de nuestra españolidad y sabiendo manejar hábilmente los posibles conflictos entre culturas, a la vez que alzando la imagen del Alcalde/Presidente a los cielos, quien más cercano a la tierra que cualquiera goza de una inmunidad herculiana, con un desgaste cero. La paupérrima oposición está compuesta por cuatro diputados de la coalición formada entre un partido de corte localista e izquierda unida, y dos del PSOE. Panorama casi calcado del anterior a las elecciones del veintisiete de Mayo de este año. Así, reconociendo la falta de motivación o manejo para llevar a la ciudadanía un mensaje alternativo, con los medios de prensa escorados hacia la derecha que han sabido vender que la ciudad está preciosa ( lo que sería cierto si el centro fuese TODA Ceuta ) y el gran fracaso que ha supuesto dejar que se unan en feliz matrimonio la idea de que votar algo diferente al PP significa vender Ceuta nos han llevado a tan bonita Luna de Miel, con sus mariachis y sus playas cálidas. Pero la vuelta es lo interesante.

La ciudad se halla agonizando económicamente. Los balones de oxígeno que llegan continuamente de "papa Estado" dejarán un día de sernos útiles y la incapacidad de este gobierno por solucionar los problemas relacionados con el comercio; el cual muere lentamente a nuestros ojos, el paro; que roza ya el 26 % ( cerca del 50 % juvenil ) y la industria inexistente hace que sobre la "perla del mediterráneo" penda, cual Espada de Damocles, un futuro frágil sobre ella. Esto es una mina antipersona y no parece que nos vayamos a dar cuenta hasta que nos explote ante los ojos. Será entonces cuando solo podremos pedir la extrema unción.

Estamos construyendo un precioso sarcófago.

Ceuta también es ciudad de culturas. Musulmanes, cristianos, hebreos e hindúes coexisten en esta ciudad. Pero no quiero ser yo hipócrita como todos y todas. Queda muy bonito otorgar todos los años un premio de nombre "Convivencia", es muy loable que se diga que es la ciudad de la convivencia y que el sr. Vivas salga en las fotos que se hace con los líderes de las diferentes religiones en abrazo fraternal. Todo sería perfecto si no fuese mentira. En esta ciudad, teniendo la oportunidad única de ser realmente una Babel de las culturas, la gente camina toda junta por sus calles, pero nadie conoce realmente a sus vecinos. No hay interés real desde el gobierno por fomentar un intercambio de modos de ver la vida. Que uno de los motores de esta ciudad sea no solo que las personas vivan en ella sin conflictos, que se hace, si no que realmente exista ese encuentro entre todos y que se termine de una vez por todas con esta segregación y polarización que la ciudad vive día a día.


Ceuta es, antetodo, una ciudad preciosa. Sus paisajes y sus estampas son únicas.

El Mediterráneo y el Atlántico dándonos un abrazo azul, gigante.

Ahora yo la abandono de nuevo para volver a mi ciudad actual, la cual es mi nuevo amor.

Ceuta debe darse a conocer y crear para luego fomentar un modelo de convivencia, debe renacer de este declive económico que vive, debe volver a ser una ciudad plural, estable...

Dejar que algo estrecho nos separe de la península para hacer real aquel eslogan y que algo estrecho nos una.



2 comentarios:

Javier Callejón dijo...

Toda una ciudad que está pendiente de conquistar por fuerzas políticas que busquen el encuentro, y no el enfrentamiento de lo propio ante a lo ajeno como elemento diferenciador respecto al resto de partidos.

Una población a la que en algún momento se le abrirán los ojos y tomará conciencia del necesario cambio para no hundirse entre dos aguas, sino para convertir sus atributos en atractivos que hagan de la ciudad un referente nacional, consiguiendo para la ciudad esa frase añorada de Ceuta solo hay una.

Y un giro que permita hacer del turismo y del comercio un potencial para la economía local, mirando lo mismo hacia el sur que hacia el otro lado del Estrecho. Y con un potencial respecto a su hermana, que ha diferencia de Melilla, vuestra cercanía a la península hace más seductora una escapada.

Espero volver pronto con unos amigos, y cuento que con ese entusiasmo que te despierta al hablar de Ceuta estés dispuesto a mostrarnos los rincones que aún no conocemos y a llevarnos a aquellos que tanto nos gustaron.

Un abrazo.

Javier Callejón

Carlos José Martínez dijo...

Estaba leyendo tu entrada y de pronto... ¡He visto Cartagena en Ceuta! Especialmente por ese comentario tuyo de que "la ciudad estaría preciosa si el centro fuera toda la ciudad". Lo mismo ocurre por estos lare, donde también gobierna el PP.