
Son más de las 3:30 de la mañana, es tarde y acabo de inagurar mi blog. Este que ven a la izquierda de mis palabras es Tomás Meabe pintado sobre lienzo por Alberto Arué y Valle, fundador de las Juventudes Socialistas de España. Llevo mucho tiempo dándole vueltas a un problema ( o no ) de la sociedad occidental actual y, en concreto, la española. ¿ Es realmente cierto que es ahora más difícil movilizar a nuestros coetáneos ante las injusticias que se producen respecto de este mundo, NUESTRO mundo ?
Hace una semana, aproximadamente, volvía del 23º Congreso de las Juventudes Socialistas de España, donde conocí a gente que no superaba los 31 años de edad pero que tenía ilusión en las mejillas y ganas de trabajar por conseguir un planeta más capacitado para afrontar los retos del siglo XXI y acabar con las desigualdades que aún perviven y sobreviven al paso del tiempo. Con sus más y sus menos, sus excepciones, sus ovejas negras y pastores iluminados. Pero había cierto hálito de esperanza y, sobretodo, de esfuerzo no sin renunciar a su espíritu joven y las ganas de divertirse. ¿ Espejismo ?
Tal vez sí.
Cuando pienso en mis compañeros de Colegio Mayor, ex-facultad o institudo, recuerdo como surgían cuales setas en primavera apolíticos por todas partes. Personas desencantadas con la política y los/as políticos/as. Esa lejanía venía dada por una especie de morriña a la hora de actuar para intentar cambiar los ejes de la sociedad a la manera que sus ojos vean. Ciudadanos/as que la sienten inútil a la hora de usarla como herramienta de progreso y construcción de un futuro, que delegan la responsabilidad de manejar los asuntos que les conciernen a esos políticos/as de los que a la par reniegan. Paradoja.
Ellos/as ven en la militancia en un partido político una especie de sumisión y piensan que no se puede tener una visión propia desde el interior de filas, piensan que nuestro trabajo no es útil. ¿ Qué ha pasado para que la movilización en terminos políticos sea hoy día tan difícil ?
No obstante creo que hay una timorata intención de participación que se observa en los casos que las actuaciones tocan la piel y el corazón de los/as ciudadanos/as de forma más profunda y rotunda. Véase guerra de Irak, véase LOU.
Ahí queda para nosotros la responsabilidad de demostrar a todos/as aquellos/as que la militancia es una oportunidad única para plasmar tu sello personal en un determinado proyecto, en conocer gente que opine como tú y te ayude a llevar adelante tus propuestas, sentir que haces algo por lo que quieres: tu barrio, tu ciudad, tu país, tu planeta.
Para ello no hay que abandonar el asociacionismo no-político. Asociarse para jugar a Rol o comentar sobre cine tras la proyección en un cineforum no es solamente loable si no que es igualmente una forma de colaborar con la sociedad y de facilitarte a tí y a las personas que decidís libremente participar medios para la realización de actividades.
Es un asunto complejo y que dará para alguna que otra entrada más.